Durante mucho tiempo, el turismo sostenible fue visto como un ideal ético, casi romántico, ligado a viajeros concienciados y proyectos con poca escala. Sin embargo, esa visión ha quedado atrás.
En el contexto actual, marcado por la crisis climática, la saturación de destinos y los cambios en el comportamiento de los viajeros, la sostenibilidad se ha convertido en un eje estratégico que no solo protege el entorno, sino que garantiza rentabilidad, diferenciación y resiliencia económica.
Turismo sostenible como decisión empresarial inteligente
Hoy, apostar por la sostenibilidad no es una declaración de intenciones: es una decisión empresarial inteligente. Según el World Travel & Tourism Council (WTTC), las empresas turísticas que integran criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) pueden aumentar su rentabilidad entre un 15% y un 30% a medio plazo, gracias a la optimización de recursos, el acceso a financiamiento especializado y la fidelización de un nuevo tipo de viajero: más exigente, consciente y dispuesto a pagar por experiencias responsables.
Rentabilidad y ventajas del turismo sostenible
Datos y estudios que lo respaldan
Los datos lo respaldan. El informe de Booking.com 2024 señala que el 76% de los viajeros considera importante que su alojamiento implemente prácticas sostenibles, y más del 50% declara estar dispuesto a pagar más por ello. Esto implica que la sostenibilidad no es solo una obligación moral o regulatoria, sino un factor de competitividad y posicionamiento en el mercado.
Ejemplos internacionales de éxito en sostenibilidad
Existen ya múltiples ejemplos que demuestran que la sostenibilidad turística no solo es viable, sino rentable. Costa Rica es quizá el caso paradigmático: gracias a su Certificado de Sostenibilidad Turística (CST), ha logrado que más de 400 empresas integren prácticas responsables, protegiendo más del 25% de su territorio y generando un turismo que representa cerca del 8% de su PIB. El resultado: mayor gasto por visitante y estancias más largas, un indicador claro de retorno económico.
En el ámbito privado, el Hotel Bucuti & Tara, en Aruba, ha demostrado que la sostenibilidad no solo es marketing, sino eficiencia operativa real. Con medidas como energía solar, eliminación de plásticos de un solo uso y formación de su equipo, ha reducido sus costes en un 30% y mantiene una ocupación media superior al 85%, muy por encima de la media regional.
Sostenibilidad en destinos urbanos
En entornos urbanos, Barcelona ofrece un ejemplo de cómo la sostenibilidad también puede aplicarse en destinos masivos. A través de su Plan Estratégico de Turismo 2020-2025, la ciudad ha trabajado en descentralizar flujos turísticos, fortalecer la economía local y mejorar la convivencia con los residentes. Los resultados muestran que la gobernanza y la planificación son tan importantes como la oferta misma.
Cómo el turismo sostenible multiplica la competitividad
¿Qué explica estos resultados? Fundamentalmente, que la sostenibilidad permite transformar costes en inversión y riesgos en oportunidades.
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La eficiencia energética y la gestión del agua reducen gastos fijos desde el primer año.
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La integración de productores y comunidades en la cadena de valor multiplica el impacto económico local y mejora la percepción del destino.
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Las certificaciones internacionales y los estándares ESG abren la puerta a mercados más exigentes y a fuentes de financiamiento verde.
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Los destinos sostenibles logran mayor resiliencia: dependen menos de la estacionalidad y son más atractivos para viajeros que buscan experiencias únicas y auténticas.
El turismo sostenible como estrategia de futuro
En otras palabras: un modelo sostenible no resta competitividad, la multiplica.
El turismo sostenible ha pasado del idealismo a los resultados económicos tangibles. No se trata de elegir entre ética o rentabilidad: la sostenibilidad es hoy el único camino viable para garantizar crecimiento equilibrado, evitar la saturación de destinos, y asegurar beneficios tanto para las empresas como para las comunidades anfitrionas.
Los que apuesten ahora por integrar criterios sostenibles, medir su impacto y planificar con visión a largo plazo no solo estarán contribuyendo al bienestar de los territorios, sino que estarán liderando el turismo del futuro.
En un mercado cada vez más competitivo, la sostenibilidad ya no es un plus. Es la estrategia imprescindible para diferenciarse, captar nuevos segmentos y asegurar que el turismo siga siendo motor económico, sin poner en riesgo aquello que lo hace posible: el territorio y sus gentes.